Hay padres que desconocen lo que
se le puede exigir al niño y fomentan conductas más infantiles de lo que le
corresponde por su edad. En otras ocasiones, no dejan que el niño haga
determinadas cosas porque a ellos, evidentemente, les sale mejor y lo hacen en
menos tiempo. Otros piensan que es mejor hacerles la vida más fácil y procuran anticiparse a cualquier necesidad y demanda de su
hijo antes de que él mismo lo pida. Los hay que prefieren evitar
enfrentamientos porque no les resulta fácil mantenerse con firmeza en
situaciones estresantes o incluso simplemente porque el niño tiene una cara
encantadora que enternece.
Consecuencias de sobreproteger al
niño
Si en lugar de apoyar al niño,
sugerirle y guiarle para que aprenda por sí mismo, le imponemos, vigilamos y le
damos todo solucionado, lejos de ayudarle a crecer, el niño tendrá un escaso
desarrollo de sus habilidades (vestirse, comer...) y adoptará una postura de
pasividad y comodidad, ya que interiorizará que sus padres, de los que tendrá
una gran dependencia, siempre están dispuestos a ayudarlo. Su autoestima será
baja y tendrá poca seguridad en sí mismo, creyéndose incapaz de resolver sus
dificultades. Le costará mucho tolerar frustraciones, posponer las
gratificaciones y no sabrá valorar lo que tiene.
Rehuirá los problemas en vez de
tratar de enfrentarse a ellos y no sabrá cargar con las consecuencias de sus
propios actos... En resumen, será una persona inmadura y débil que podrá
dejarse llevar con más facilidad por las malas amistades o por el ambiente que
le rodea.
Ideas que ayudan a los niños y
padres
Si supiéramos lo importante que
es para el desarrollo de su personalidad que los niños logren hacer las cosas
sin ayuda, les dejaríamos actuar solos en más ocasiones. Cuando el niño nos pida
ayuda, lo esencial es darle las sugerencias con las que solucionar el problema
él mismo, con sus propios recursos.
Es normal que el niño cometa
errores, pero no nos anticipemos para evitar el tropiezo. Lo positivo es
hacerle ver que cada vez le van saliendo mejor las cosas. Si se quiere realmente ayudar al niño,
hay que preguntarle a él si nos necesita y, en el caso
de que reclame nuestra ayuda, conviene averiguar qué es
lo que realmente precisa. Hay que
tomarse el tiempo necesario para permitir que el niño
se desenvuelva solo.
Debemos explicar al niño las
razones de nuestras acciones, de modo que pueda actuar por sí solo, aun cuando
no haya un adulto a su lado que le indique cómo hacerlo. No le ahorremos sacrificios razonables: el niño puede perfectamente colaborar en tareas domésticas como
poner la mesa, hacerse la cama, recoger su cuarto, sacar la basura o aprender a
no dar excesiva importancia a una situación de escasez o incomodidad.
Ante un niño tímido, los padres
deben procurar que salga más de casa, que abra más su círculo de amistades, que
comparta sus cosas, etc., pero no forzándole, sino dándole ideas y predicando
con el ejemplo, de lo contrario, con los años puede acabar siendo una persona
temerosa, solitaria, arisca o desconfiada.
Frente a situaciones que les puedan resultar complicadas, en lugar de evitarlas
debemos prepararlos a través del diálogo.
Debemos protegerle de los peligros verdaderos, pero sin llegar al extremo de
convertirle en una persona débil y
temerosa.
Las experiencias de los niños
El niño necesita probar, saborear
sus éxitos, tratar de mejorar y alcanzar metas difíciles, competir, superar sus
fracasos... y poder entender los sentimientos de los demás. Hay que prepararle
para que pueda participar en la sociedad y para ello no hay que disimularle la
realidad cotidiana, hay que permitirle que descubra el significado de los
triunfos, de las decepciones, de los gozos y de los desconsuelos, propios y
ajenos.
Fomenta el sentimiento de triunfo
Si le facilitamos la suficiente
confianza en sí mismo para que pueda pensar y sentir por sí solo y le dejamos
enfrentarse a las dificultades propias de su edad, podrá extraer recursos y
estrategias que le harán sentirse triunfante y le servirán para arreglárselas
sin sus padres en un futuro.
Virginia González. Psicóloga y
profesora de Educación Infantil
Comentarios
Publicar un comentario